jueves, 21 de febrero de 2008

Las colas


Según el día que tenga, una larga cola se puede convertir en un infierno o en un entretenimiento muy especial. El otro día me tocó padecer una larga e infructuosa cola de cerca de dos horas. Y todo para visitar una casa de la que no voy a dar más detalles porque no me apetece hacer publicidad.

Cuando llegamos, dicha cola colapsaba tres lados de la manzana, pero aun así nos pusimos en ello con la esperanza de que fuese más o menos ágil. Hay qué ingenuo se puede llegar a ser en el afán de lograr nuestras metas.

La diferencia entre una cola y otras la hace la gente que te acompaña delante y detrás. Delante, un matrimonio ya entradito en años que no mediaban palabra. Qué bonito, qué ejemplo de amor y respeto mutuo el no tener que abrir la boca para obligar al otro a contestar. Me pareció un acto sublime de cariño aguantar dos horas de cola sin apenas hablar ni incordiar al de al lado.
Pero claro, para eso estaban las crías de atrás. En dos horas de cola me he puesto al día de las últimas tendencias en moda, maquillaje, música , hombres, matemáticas y petardeo. Que si mi padre no me dejaría salir con una minifalda como la tuya, que si mi novio no me dejaría salir con él sino me la pusiese, que si igual me he pasado un poco pintándome el ojo, que si mira mi último SMS, que si tengo una foto suya en el móvil…jo qué aburrimiento, ¿Hemos sido antes así?

Pues la fila avanza poco a poco y a los de delante se les suma un invitado y ya somos más y yo que me empiezo a mosquear. Y la gente pasa a tu lado y pregunta para qué es la cola y yo balbuceo que para entrar al colegio, ante lo cual las de atrás se callan un ratito.

Luego pasan los de la videocámara grabando toda la cola. ¿Para qué coño me tienen que grabar un par de gilipollas? Es como la gente que se hace fotos en el aeropuerto antes de coger el avión: "esta soy yo con mi churri en el aeropuerto, esta soy yo con mi churri subiendo las escaleras, esta soy yo con mi churri sentados en los asientos del avión, está soy yo con mi churri sacando una foto de la ciudad durante el despegue, esta soy yo con mi churri y el de al lado haciéndome tragar la cámara de fotos por pesada".

Y por supuesto sin olvidar a las señoras, generalmente ya mayores (que mira que les digo que no tienen edad para aguantar en colas) que cada dos por tres te empujan para que avances y te colapsan tu espacio vital. "Oye que ha avanzado" sí pero no ha avanzado lo suficiente porque usted sigue todavía en pie.

En fin, que una cola es algo bonito lo mires por donde lo mires, siempre que no empujen, no hable nadie, no te saquen fotos y se pueda entrar al lugar en un tiempo respetable.

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