viernes, 29 de febrero de 2008

Los paraguas


Ahora que ha vuelto a llover, mi corazón y mi cabeza padecen una amalgama de sentimientos contradictorios e incluso enfrentados.

Por un lado, entiendo que gracias a la lluvia mi coche se va a librar de una enorme capa de polen. Mejor dicho, yo me voy a librar de tener que llevar el coche a que le den un aseo, que buena falta le hacía. También me muestro muy solidario con las pobres plantitas de mi terraza que, como los niños, se enfurruñan si no les das de beber, pero en vez de ponerse rojas se ponen marrones. Cuántos desvelos y cuán pocas alegrías.

También me alegro por los embalses y todo eso, porque jugar al golf en un campo de hierba seca entiendo que multiplica el handicap. Vamos, que hay motivos para sentirse alegre.

Pero leche, la lluvia moja y, lo que es peor, provoca una estampida masiva de descerebrad@s con un paraguas en las manos. Yo he propuesto en más de una ocasión que, al igual que para conducir coches o manipular alimentos, se comience a expedir un carné de paragüero. No es posible que haya gente por la calle capaz de portar un objeto tan peligroso como un paraguas y no pase unos mínimos controles.

Tengo por desgracia ser alto, y doy gracias al cielo de haberme hecho miope, porque sino hubiese perdido mis ojos varias veces por las puñeteras varillas de estos artilugios. La gente que cambia de dirección de forma repentina o que sacude su paraguas sin mirar hacia ninguna parte…los que avanzan por la calle embutidos bajo su tela sin fijarse en quién tienen a su lado. Eso debería ser una multa y retirada de puntos.

Mucho miedo me dan también los que salen del portal y abren su artilugio sin mirar. Es como empezar a mover el coche sin echar un vistazo a los retrovisores. Multa y retirada del carné.

Quienes los agitan y salpican a todo el mundo o los chocan contra los árboles sin darse cuenta de que el de atrás se va a calar. Inmovilización del paraguas durante una buena temporada.

Los que van despacito por mitad de la calle y no te dejan pasar hasta que te hincan la varilla en la barbilla. Ocho puntos menos por colapsar las calles.

Y los peligrosísimos, que con el paraguas no plegable, el grande y elegante negro de toda la vida, cerrado, realizan movimientos de lord inglés dejando la punta metálica tras de sí. Qué miedo. A estos les quitaba el paraguas y les obligaba a llevar uno pequeño sin punta.

En fin, que yo creo que si se comenzase a exigir un carné de paragüero la vida sería más sencilla, las administraciones recaudarían más dinero...especialmente en materia de alcoholemia. Eso sí, a los chinos igual no les haría nada de gracia.

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